Julian Beever, artista callejero en 3D
Si vas por la calle y te encuentras una piscina… figurada, en medio de una gran avenida, o unos bloques de hielo entre los que nada una foca, o crees ver un enorme ordenador portátil olvidado entre los semáforos y los automóviles, estás ante la obra de Julian Beever, una de las figuras más reconocidas dentro de las interpretaciones más populares del ARTE CALLEJERO.
Se trata de un artista británico que dibuja con tiza. Sus obras, realizadas sobre el pavimento, desafían las leyes de la perspectiva. Sus dibujos en 3D asombran a toda persona que pasa junto a ellos. Además de ese tipo de creaciones, Julian Beaver pinta murales y réplicas de otras obras de grandes artistas. También está relacionado con el mundo del marketing y la publicidad, y con frecuencia lo contratan importantes compañías para pintar murales. Su trabajo lo ha realizado en cantidad de países, Bélgica, Francia, Holanda, Estados Unidos, Alemania, Austria, España, Uruguay, México, etc.
Beaver utiliza una técnica llamada anamorfosis, con un profundo conocimiento del arte, profundidad, sombras y efectos visuales. La idea principal es el análisis de la forma en que el cerebro humano distingue las tres dimensiones. Esta técnica no es tan reciente. Se llamaba “trompe l´oeil”, y nos viene desde la antigua Grecia y Roma, aunque su nombre francés nace en el siglo XVIII. Los pintores franceses de este siglo pintaban al óleo cuadros muy realistas con un gran sentido de la profundidad, creaban protagonistas que parecían salirse del lienzo. En el Renacimiento, era frecuente que la aristocracia aplicara, con encargos a los artistas más reputados, este arte en las mejores paredes y murales de sus mansiones.
En su trabajo con tiza, Julian Beever parte del trabajo con una cámara que proyecta la imagen en la acera o pavimento sobre el que va a crear el dibujo. Mediante esta cámara procesa y manipula la imagen para que adopte las formas adecuadas. La profundidad que se aplicará después será el elemento diferenciador y asombroso. Una tiza blanca es el pincel con el que Beever comienza el dibujo, y lo va sombreando.
Pero este artista de origen británico no sólo ha creado obras de este estilo y con esta técnica, aunque sea esta técnica, la anamorfosis, la que le ha posibilitado ser muy conocido. Muchas de sus creaciones al óleo son versiones realistas de cuadros clásicos.
Su trabajo puede contemplarse en todo el mundo. Entre sus creaciones más conocidas, y que más han trascendido, está su “Piscina” en Glasgow (Escocia) y “La búsqueda del tesoro”, en el Reino Unido.
Se trata de un artista británico que dibuja con tiza. Sus obras, realizadas sobre el pavimento, desafían las leyes de la perspectiva. Sus dibujos en 3D asombran a toda persona que pasa junto a ellos. Además de ese tipo de creaciones, Julian Beaver pinta murales y réplicas de otras obras de grandes artistas. También está relacionado con el mundo del marketing y la publicidad, y con frecuencia lo contratan importantes compañías para pintar murales. Su trabajo lo ha realizado en cantidad de países, Bélgica, Francia, Holanda, Estados Unidos, Alemania, Austria, España, Uruguay, México, etc.
Beaver utiliza una técnica llamada anamorfosis, con un profundo conocimiento del arte, profundidad, sombras y efectos visuales. La idea principal es el análisis de la forma en que el cerebro humano distingue las tres dimensiones. Esta técnica no es tan reciente. Se llamaba “trompe l´oeil”, y nos viene desde la antigua Grecia y Roma, aunque su nombre francés nace en el siglo XVIII. Los pintores franceses de este siglo pintaban al óleo cuadros muy realistas con un gran sentido de la profundidad, creaban protagonistas que parecían salirse del lienzo. En el Renacimiento, era frecuente que la aristocracia aplicara, con encargos a los artistas más reputados, este arte en las mejores paredes y murales de sus mansiones.
En su trabajo con tiza, Julian Beever parte del trabajo con una cámara que proyecta la imagen en la acera o pavimento sobre el que va a crear el dibujo. Mediante esta cámara procesa y manipula la imagen para que adopte las formas adecuadas. La profundidad que se aplicará después será el elemento diferenciador y asombroso. Una tiza blanca es el pincel con el que Beever comienza el dibujo, y lo va sombreando.
Pero este artista de origen británico no sólo ha creado obras de este estilo y con esta técnica, aunque sea esta técnica, la anamorfosis, la que le ha posibilitado ser muy conocido. Muchas de sus creaciones al óleo son versiones realistas de cuadros clásicos.
Su trabajo puede contemplarse en todo el mundo. Entre sus creaciones más conocidas, y que más han trascendido, está su “Piscina” en Glasgow (Escocia) y “La búsqueda del tesoro”, en el Reino Unido.
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